Nunca has pasado tanto tiempo en casa; y una vez que te has hartado de Netflix, puede que tus ojos deambulen por el salón. Y que acaben fijos en la sorprendente capa de polvo del aparador de madera. O que descubran un lamparón que jurarías que no estaba en tu mesa o en esa estantería de libros que tanto te gusta.
Quitar el polvo es solo el primer paso para que tus muebles de madera estén siempre bonitos. Pero, ¿has limpiado o encerado alguna vez tus muebles de madera? Si la respuesta es negativa, puede que ya tengas plan para el fin de semana. Porque pasarles una bayeta no es suficiente, dicen los expertos.
1. Empieza por limpiar el polvo de la madera
La madera es un material sencillo de mantener feliz y bonito; y el primer paso es limpiar el polvo con cierta frecuencia. El polvo se deposita en las superficies de madera, creando una capa que no solo le da un aspecto triste: también favorece que tus muebles se estropeen.
Para retirar el polvo de tus muebles como un profesional, humedece muy ligeramente una bayeta de microfibras (es más suave y delicada con la madera), o un trapo de algodón, y estrújalo bien antes de pasarlo por tus muebles. Después, retira el exceso de humedad con ayuda de una toalla seca.
2. Limpiar la madera. ¿Qué hacer con las manchas pringosas?
A no ser que tus muebles de madera tengan una capa plástica de protección, olvídate de los detergentes y otros productos multiusos con los que limpias, por ejemplo, la encimera de la cocina. Aunque, normalmente, es preferible no limpiar la madera con agua, si te encuentras un pegote o una mancha pegajosa, toca recurrir al remedio clásico de agua y jabón.
Para ello, moja el paño en una solución suave (con poco jabón), estrújalo hasta retirar la mayoría de la humedad, y pásalo por el área que necesites limpiar. Después, sécalo bien con un paño o una toalla limpia y seca.
3. Aceite de oliva: no solo para las ensaladas
No deja de sorprendernos: el aceite de oliva es mucho más que un antioxidante y un ingrediente referente de la dieta mediterránea. También constituye una alternativa natural al abrillantador sintético. Cualquier aceite de oliva vale: basta con untar una pequeña cantidad en un trapo, frotar con suavidad la superficie, dejar secar; y listo.
Los abrillantadores comerciales con base aceitosa, limpiadores y otros aceites pensados para muebles tienen la función de proteger la madera, creando una capa ligera y resbaladiza, que reduce los arañazos. Y es precisamente el mismo efecto que logra el aceite de oliva: evitar que el mueble se estropee.
Ahora bien, tiene un pequeño inconveniente. Usado solo, el aceite de oliva suele atraer el polvo. Para evitarlo: añade un poco de zumo de limón y bátelo antes de aplicarlo.
4. Receta para limpiar muebles de madera: vinagre, aceite y limón
Esta es la receta casera más sencilla para limpiar tus muebles de madera: vinagre, aceite de oliva y limón. Mezcla todos los ingredientes en una botella con pulverizador. Para usarlo, mezcla y agita bien 30 gramos (g) de aceite de oliva, 30 g de vinagre, y unos 15 g de zumo de limón.
Rocía un trapo (o una camiseta vieja o sudadera de algodón que ya no uses) con la cantidad suficiente como para humedecerlo. Estruja tu trapo para retirar cualquier exceso de producto y frota la superficie del mueble en el sentido de la veta.
Además, te sale más barato, ya que te ahorras los casi ocho euros que suele costar medio litro de un producto comercial similar y medio decente. Además, si reutilizas la botella, estarás evitando que un buen puñado de envases de plástico acaben en la montaña del reciclado.
Un consejo: no hagas más cantidad de producto del que vayas a necesitar. Es mejor no guardarlo; así evitas que se pudra o ponga rancio.
5. Poner cera, pulir cera
Y aquí va una tarea que no deberías saltarte: encerar tus muebles de madera. Puede que suene a tarea viejuna o a entrenamiento de Karate Kid (¿quién no recuerda al maestro de Ralph Macchio repitiendo el machacón “dar cera, pulir cera”?). Pero también es una tarea sencilla que te permitirá tener los muebles como nuevos.
Aplicar una pequeña cantidad de cera protege tus muebles de arañazos. Además, no es tan duro como piensas. Basta con poner una pequeña cantidad de cera, del tamaño de una pelota de pimpón, en un trapo de algodón (o en tu vieja camiseta).
Haz una bola y amásala bien hasta que la cera se ablande. Ya puedes aplicarla, en el sentido de las vetas; y retira el exceso con otro trapo de algodón, limpio y seco. Y repite el karateka una vez al año: “Poner cera, pulir cera”. O cada dos, si te da mucha pereza. Tus muebles no tendrán queja.
Fuente: https://www.eldiario.es/