Considerada el futuro de la construcción civil, la madera aporta importantes beneficios ambientales, presentándose como una de las grandes soluciones para reducir el impacto de las actividades del sector, especialmente en relación con las emisiones de carbono.
La madera es un material renovable y, lo que es más importante, absorbe CO2. Cada metro cúbico de madera en masa elimina 1 tonelada de carbono de la atmósfera.
En comparación con otros materiales que ingresarán al edificio, la diferencia es enorme. Pasas de opciones que emiten CO2 a una que captura. Y lo más sensacional: ese carbono está almacenado, atrapado en ese edificio”.
Sitio de construcción más productivo
El modelo de construcción de madera también conlleva otros atributos relacionados con la productividad, que al final se revierten en más ganancias de sostenibilidad.
En una construcción con el material, todo está predeterminado en el desarrollo del proyecto y en la fabricación de las piezas, que luego son llevadas a obra únicamente para su montaje. La madera también es más liviana (es pesa una quinta parte del hormigón), lo que ahorra material en la cimentación.
Mercado en expansión
A nivel mundial, el mercado masivo de la madera está en auge, lo que acompaña una mayor adherencia a la agenda ESG. Un informe de la consultora Market Research Future (MRFR) predice que alcanzará los 3.600 millones de dólares para 2027.
Europa es el principal fabricante y también el mayor consumidor, especialmente Austria, Alemania, Italia y Francia, actualmente las referencias técnicas para la producción del material. Al mismo tiempo, Estados Unidos y Canadá han acelerado la adopción de la tecnología, impulsando mercados emergentes como Brasil.